Papel, boli... y al toro

1 Tener en cuenta el tipo de texto a escribir: no es lo mismo redactar una narración sobre lo que hicimos ayer que una
opinión sobre el último libro que hemos leído.
2 Brainstorming o lluvia de ideas: nunca hay que lanzarse a
escribir sin más, cuesta empezar con un papel en blanco delante. Hay que tomar
unas ligeras anotaciones previas, tipo guión, una vez que se sepa el tema de la
redacción. Servirán para organizar a posteriori el escrito y redactar sin
apuros.
3 Elaborar un listado de vocabulario: deben ser palabras que se conozcan sobre el tema del que se desea escribir.
4 Usar los
marcadores discursivos (ver este enlace): dan mucho prestigio
al texto escrito (y eso vale para cualquier idioma).
5 Incluir diferentes
tiempos verbales: hay que demostrar sobre el
papel los tiempos que hasta ese momento se conocen y saber usarlos
correctamente.
6 No complicarse la vida con frases largas y complejas: no se debe caer en el error de que
una frase así queda más bonita o dará pie a una calificación más alta. Es mejor ir a lo seguro con estructuras tipo sujeto+verbo+complementos para así tener la certeza de que se controla lo que se está escribiendo. Se puede utilizar alguna estructura de relativo (who, that) pero sin abusar mucho.
7 Tener muy en
cuenta que el medio escrito es mucho más formal que el oral: cuando se habla se tiene más libertad;
cuando se escribe se debe tratar de cuidar el lenguaje. Por ejemplo: en el
habla (más informal) hay que utilizar contracciones siempre, como isn´t,
aren´t, etc... En el plano escrito (más formal) mejor no utilizarlas (is not,
are not…).
8 Evitar el Spanglish: queda horrorosamente mal echar mano de esta mezcla espantosa de idiomas que ha inventado vete a saber quién. Se tiende a traducir literalmente del español a la hora de escribir, por lo que hay que evitar a toda costa pensar en nuestra lengua materna (aquí entra en juego lo que se ha dicho al principio: pensar en inglés).
9 Leer mucho: como el consejo anterior, hay que olvidarse de nuestra lengua madre e intentar pensar en inglés. Leyendo mucho en la lengua de Shakespeare, inclusive con un diccionario al lado, poco a poco y casi sin darnos cuenta las estructuras gramaticales de nuestro idioma se sustituirán por las inglesas. Una buena táctica (y hábito a adoptar) son los libros bilingües, en los cuáles se comparan las dos traducciones. Como en todo, de menos a más, es decir, empezar con lecturas sencillas e ir pasando a las complicadas para no desmotivar, el mayor enemigo en el proceso de aprendizaje.
10 Y lo más importante: no agobiarse, nadie nace sabiendo, y escribir en un idioma distinto al nuestro, mucho menos. La práctica hace al maestro.

Por último, pero no por ello menos importante, conviene saber que una redacción en inglés se compone de tres partes bien diferenciadas: introducción, nudo y conclusión. Hay muchos tipos de textos a escribir tales como cartas, informes, artículos, reseñas...etc, así como los especializados, pero dado que MED es un blog didáctico con enfoque pedagógico aplicado al aula de inglés como L2, sólo se detalla la estructura del texto para uno de tipo académico/escolar.



Bibliografía recomendada:
>> Study Writing: a course in written English for academic and professional purposesLiz Hamp-Lyons & Ben Heasley. Cambrigde University Press, 1998
>> Academic Writing: exploring processes and strategiesIlena Leki. Cambrigde University Press, 1998